¡El sendero hacia Dios no es un lecho de rosas!
Además, es excepcionalmente difícil. Miren su propia sombra: parece tan cerca de ustedes, pero traten de atraparla con sus manos. Cuanto más lo intentan, más se aleja. Pueden seguirla hasta el día del juicio final pero no estará al alcance de ustedes. Dios no sólo está junto a ustedes sino también dentro de ustedes. Pero aunque Él está cerca de ustedes, no pueden verlo y mucho menos atraparlo. Tan cercano pero tan extraño; tan lejano pero tan difícil, tan inaccesible es Dios. Sepan que ver o realizar a Dios es realmente la muerte; ¡la muerte en el sentido real de la palabra!