Baba contó una anécdota sobre Swami Ramdas y Kalyan, la cual daba un ejemplo de qué es la obediencia:
Un día, a plena luz del día, Ramdas, diciendo que había anochecido, indicó a Kalyan que trajera un farol encendido, y éste se lo trajo de inmediato.
Entonces Ramdas lo abofeteó por esto, diciéndole: –¡Tonto! ¡No puedes ver que es de día!–. Kalyan se disculpó pidiéndole perdón mientras se iba con el farol. Utilizando este ejemplo, Ramdas le dio a Shivaji una explicación sobre la fe y la obediencia.
Hafiz ha dicho:
“Acepto de todo corazón
lo que sea que mi Maestro diga,
sin tener el más mínimo pensamiento.”
Esto es fe y obediencia implícita. Sin embargo, es sumamente difícil, o mejor dicho, imposible, especialmente para ustedes, los occidentales, que son demasiado intelectuales, argumentando siempre sobre los méritos y los defectos de las cosas.
En el caso de Kalyan, él no sólo obedeció lo que su Maestro le ordenó, sino que realmente creyó a Ramdas cuando éste le dijo que había anochecido, ¡incluso cuando estaba en plena luz del día! Una creencia y una fe como estas es verdaderamente imposible.
Delia de León preguntó:
–¡Esto significa que no deberíamos pensar ni usar nuestro intelecto?
Baba respondió con firmeza:
-¡Nada de eso! Puedes usar tu intelecto, pero no a costa de no creer en mis palabras o desobedecer mis órdenes. Puedes pensar, pues mientras tengas una mente, tienes que pensar. Tu mente nunca para de pensar. Ella te dirá que no puede ser de noche cuando tus ojos ven la luz del día.
Acuérdate de no dejar que la mente te induzca a no creer en las palabras del Maestro. Debes pensar y entender que existe alguna razón y algún propósito importante detrás de cuanto el Maestro diga o haga, y que él obra siempre para beneficio de los demás. Cuanto él haga tiene siempre como objeto lo mejor. De modo que haz como el Gurú te diga y deja que la mente piense como guste, pero nunca la obedezcas. Eso basta.
— Bhau Kalchuri, Lord Meher V.