Ese mismo día, 29 de junio, Baba terminó su plática sobre Manonash, que reproducimos aquí íntegramente:
La mente nunca se transforma. El ego se transforma una sola vez. “Ego” significa Astitva, lo cual significa el mismísimo Ser de ustedes como el “Yo” Real. Deben entender claramente esta transformación.
Hoy ustedes creen que son hombres. Mañana mueren y entonces sus impresiones mentales les dan la sensación de ser mujeres. Todo esto es falso. La actitud de la mente se modifica de acuerdo con las circunstancias, pero la mente sigue siendo mente, ya sea que ascienda o descienda. La mente puede ser feliz, y también desgraciada. De manera que la que cambia es la actitud de la mente. La mente crea mundos, engañifas, ilusiones ad infinitum, pero la mente sigue, permanece como tal.
La mente no puede transformarse. ¿Por qué? Porque no es Uno mismo. La mente sobrevive mediante deseos y pensamientos, y está compuesta por impresiones. El Ego es Uno en sí mismo, pero este Ego Real –el “Yo” Real– ahora está ligado por la mente. Y esta mente, que está constituida por falsas impresiones, hace que el “Yo” Real se considere falso. La mente hace que ustedes piensen en nacimiento, muerte, felicidad, sufrimiento, etcétera, como cosas reales, pero nada puede ser más falso que esto. Ustedes están ahora aquí, vivos en el cuerpo, en sus sentidos, ¿por qué? Porque ustedes fueron siempre.
¿Tienen alguna idea de cómo ustedes nacieron y cómo tuvo lugar su nacimiento? No. ¡Porque no nacieron en absoluto! La mente les hace creer que ustedes están aquí, allá, etcétera. La mente es la que les da esa impresión de acuerdo a la cual ustedes dicen: “Ella es mi esposa”, o “Él es mi marido”, etcétera.
¡La mente los tiene a ustedes siempre zapateando! Si ustedes supieran que sus esposas, hijos, etcétera, son Uno solo, y si supieran que nunca mueren ni sufren, entonces ustedes son Todo en todo. ¡Pero la mente está allí para desconcertarlos!
La mente dice: “Cuidado, ella es tu esposa; ellos son tus hijos; estas son tus cosas”, ad infinitum. La mente crea esas clases de impresiones.
Por lo tanto, la mente, constituida por impresiones falsas hace que el “Yo” Real se considere falso. Pensar que soy el cuerpo, que soy joven, viejo, hombre, mujer, esto o aquello: todas estas son impresiones creadas por la mente. La mente nunca se hace sentir como “Yo soy Dios”. La mente podría decir: “Yo soy Dios”, pero no puede hacerles creer: “Yo soy Dios”.
Mientras la mente esté ahí, el ego no puede transformarse pasando de su actitud falsa a su estado real. Así es cómo la mente también les hace decir que son infinitos, todopoderosos, etcétera, pero ustedes no lo creen. ¿Por qué? Porque la mente, constituida por impresiones falsas, les hace creer que el “Yo” es pequeño y limitado.
Ahora bien, ¿qué sucedió? La mente debe desaparecer si el falso ego ha de tener su estado real y original. Mientras la mente esté allí, aunque modifique su aspecto, no puede experimentarse el estado real de “Yo-soy-Dios”.
La mente desaparece temporalmente cuando estamos profundamente dormidos. El Ego está allí, y las impresiones hacen que la mente despierte nuevamente, y la mente vuelve a hacer que el ego se considere falso. Por lo tanto, el ego está ahí en innumerables vidas y formas. La mente está ahí, pero las impresiones de la mente cambian, de manera que, por consiguiente, el cuerpo cambia, y por lo tanto también la experiencia cambia. Por ello, la mente debe desaparecer para que el “Yo” falso se convierta en el “Yo” Real.
¡La meta real de la vida no es la muerte del ego, sino la muerte de la mente! Por lo tanto, cuando Mahoma, Zoroastro o Jesús hablaban de nacer una sola vez y morir una sola vez, se referían a la muerte de la mente. La mente nació desde el inicio mismo, incluso antes del estado mineral. Este nacimiento tiene lugar una sola vez, y también la muerte de la mente tiene lugar solamente una vez.
Cuando la mente muere, el ego falso se transforma en Realidad. El Ego Real nunca nació y nunca muere. El Ego es siempre real, pero debido a la mente, se cree y actúa como “Yo” limitado y falso.
Ahora bien, la mente sigue ocupando cuerpos de acuerdo con sus impresiones buenas o malas. Esta ocupación y desocupación del cuerpo no es la muerte de la mente o del ego. Después de la muerte física, la mente sigue estando con sus impresiones. Por consiguiente, la mente ocupa cuerpos de acuerdo con las impresiones, y el ego presencia esto. Cuando un cuerpo es desechado, aparece y se forma otro, aunque existe determinado interludio entre renunciar a un cuerpo y ocupar otro.
Este jadu (mágico hechizo) de los sanskaras los ha atado tan apretadamente que, cuanto más intentan ustedes librar, más se atan. Porque a la mente hay que destruirla de raíz, ¿y quien la destruye? La mente tiene que autodestruirse. Esa es una tarea imposible. El proceso mismo de destruirse crea las impresiones de que se trata de destruirla, y de esta manera uno se ata más.
Como dijo Hafiz:
“¡Tú mismo eres el velo, oh Hafiz!
¡Por lo tanto, quítatelo!”.
Ahora bien, ¡cómo quitártelo! El proceso mismo de quitarlo, crea nuevos sanskaras.
Miles de personas han pensado en destruir a la mente: los principales métodos para ello son la acción, la meditación, el conocimiento y el AMOR. Los Maestros Perfectos señalaron estos modos con el fin de destruir a la mente mientras se retiene a la consciencia.
Ahora bien, ha de considerarse la vía de la Acción (Karma Yoga), la apropiada para esta meta del Manonash, la cual transforma al “Yo” falso en el “Yo” Real, porque la principal actividad de la mente por medio del cuerpo consiste en las acciones. Los Maestros Perfectos vieron que las acciones, que tienen al ego falso y una mente llena de impresiones en segundo plano, en lugar de destruir a la mente, la alimentan. Ellos vieron que cada persona está vinculada con las acciones. Hasta los hombres más perezosos tienen que realizar acciones, como por ejemplo, comer, beber, dormir, etcétera. Por lo tanto, los Maestros pensaron en “acciones sin acciones”. Esto significa realizar acciones, pero de modo tal que el efecto sea como si no se realizara acción alguna. Si se hace esto, las pasadas impresiones de las acciones se agotan mentalmente mediante experiencias de felicidad o sufrimiento, pero sin que se creen impresiones nuevas.
Supongan que ustedes actúan ayudando a alguien sin pensar en sus propios intereses, o que tratan de proteger a una mujer sin tener ustedes interés personal alguno, y mientras lo están haciendo, ustedes son golpeados, y por ora parte la policía los arresta y encierra en la cárcel. Estos sucesos agotan algunos sanskaras de ustedes, pero como ustedes no tienen interés personal alguno, no se forman nuevos sanskaras. Sin embargo, este proceso es tan prolongado y complicado que uno podrá alcanzar el Manonash mediante la acción solamente después de yugas (ciclos).
De modo que los Maestros Perfectos querían matar las acciones; o sea, las acciones realizadas de modo tal que el efecto de las impresiones queda despojado de potencia y, por ende, de resultados y ataduras. Por ejemplo, es natural que un escorpión mueva la cola y pique a quien se le acerque. Ahora bien, supongan que al escorpión le rompen y quitan el aguijón. Entonces sigue moviendo la cola y comportándose como antes. Pero la acción carece de potencia en cuanto a resultados peligrosos; o sea, se elimina el efecto malo de las acciones. hay que eliminar el efecto que produce ataduras si las acciones han de estar libres de ellas.
Realmente no vale la pena hablar del mundo y sus actividades. Las acciones continúan, sean éstas buenas o malas, y por lo tanto, los Maestros Perfectos decían: “Actúa de modo tal que las acciones no te aten ni se creen acciones”. Esta tarea es casi imposible, como estoy a punto de explicarlo. Hay tres modos posibles de realizar las acciones sin crear impresiones y consiguientes ataduras. El primero consiste en actuar, pero sin pensar para nada que ustedes están actuando. Este debe ser un proceso continuo. Esto significa que el ego no concede siquiera un instante a la mente para que ejerza su influencia. En realidad, ustedes actúan en favor de los demás, no para ustedes mismos. Esta acción desinteresada, que también se llama servicio desinteresado, es también casi imposible porque en el instante en que ustedes piensan: “Estoy sirviendo a otros, debo ayudar, debo sostener determinada causa”, ustedes están atrapados. Y esto es muy arriesgado para quienes dirigen a los demás, a menos que renuncien a pensar en sí mismos en un ciento por ciento y de manera continua.
Esta cuestión admite una explicación más amplia. Si un dirigente óptimamente motivado y sin intereses personales pide a los demás que se sacrifiquen por una causa, pero él mismo no logra hacerlo en un ciento por ciento y de manera continua, sin pensar para nada en sí mismo, entonces el resultado es desastroso. Todos los sanskaras del grupo íntegro caen sobre él, e incluso sus seguidores están atrapados en las impresiones, aunque hubieran actuado con las mejores intenciones. Un desastre parecido ocurre en el caso de un gurú y un discípulo si en uno y otro piensa en sí mismo de alguna manera. Allí no debe existir siquiera compasión por los demás. En suma, cuando la acción tiene que carecer de efectos, entonces se la debe realizar sin interés personal, lo cual es casi imposible.
El segundo modo consiste en que consagren a Dios o a su Maestro cuanto ustedes hagan, ya sea bueno o malo. También esto es casi imposible porque esta consagración ha de ser continua, sin interrupción alguna. Pero si la hubiera, aunque fuera una sola, la reacción es desastrosa, y todos los sanskaras se juntan en ustedes.
El tercero modo consiste en hacer cuanto Quien está libre de impresiones y destruyó su mente les pida que hagan. Esas acciones no los atan. También esto es dificilísimo. Ustedes deberán tener una fe ciento por ciento inquebrantable en el Maestro; hasta un instante de duda es fatal. Krishna tuvo que convencer a Arjuna de que él estaba en cada ser y que nadie moría: todos ya estaban muertos. Entonces, lo que Arjuna hizo fue una “acción sin acción”.
Estos tres modos son, pues, casi imposibles de alcanzar. ¿Y entonces cómo deberían actuar? Si ustedes se involucran en el mero “sansar” (asuntos materiales) con la esposa, los hijos, los negocios, etcétera, y actúan, entonces el resultado de esto es que quedan férreamente enganchados. Sin embargo, las impresiones dóciles, débiles y flojas son las creadas por acciones realizadas sin interés personal, aunque, como ya dije, a veces ingresen en la mente pensamientos de ayuda o conmiseración respecto de los demás. El papel de la mente consiste en hacer que el ego, por medio del cuerpo, se crea falso y experimente los sanskaras. Pero cuando la mente ve que el ego falso no está tan dispuesto a aceptar su dictadura, entonces son débiles las impresiones de esta clase que se forman. Por lo tanto, al final estas acciones son de ayuda para llegar al Manonash.
Algunos Maestros Perfectos delinearon modos de destruir a la mente por medio de la mente misma: mediante meditación y concentración. Cuando la mente se concentra, su otra función se debilita, y las impresiones se eliminan solas porque semejan gusanos que se devoran solos. Pero este proceso de meditación y concentración torna casi imposible el Manonash porque la mente acostumbra gastar las impresiones. Cuando la mente se siente frustrada, se desespera más. En el instante en el que ustedes se ponen a meditar, a veces los pensamientos en los que nunca pensaron se les presentan y, al final sucede una de las tres cosas siguientes:
1°: Se hastían porque no pueden concentrarse; o 2°: ingresan más pensamientos malos en sus mentes, y tienen que renunciar a sus intentos. Pero si son valientes y persisten pacientemente, entonces, en muy pocos casos, la mente se aquieta por un tiempo. Ahora bien, esto tiene como resultado una de estas dos cosas: entran en trance o samadhi. Este trance (hal) y samadhi es como una droga: uno se aficiona a eso. Uno disfruta el trance, pero dura un tiempo. Hubo casos de personas que entraron en samadhi y, mientras descendían a la consciencia normal, lo primero que pensaron fue lo mismo que habían estado pensando mientras entraban en samadhi. De manera que, si pensaron en dinero antes de entrar en samadhi, también piensan en dinero al salir del samadhi.
Algunos Maestros Perfectos pensaban que el mejor modo era olvidarse de uno mismo y no dar a la mente la posibilidad de tener nuevas impresiones. La cuestión consiste en cómo olvidarse de uno mismo. La respuesta es: mediante Devoción (Bhakti Yoga). Cuando uno se consagra en un ciento por ciento, entonces se olvida de sí mismo. Pero también esto es prácticamente imposible porque esa devoción y ese olvido de uno mismo ha de ser continuo.
Hafiz ha dicho:
“Si quieres la presencia del Amado,
no te ausentes del recuerdo del Amado”.
Ni siquiera por un instante deben carecer de esta devoción y olvido de sí mismos, lo cual es casi imposible. Esta es la vía de la Devoción, o Bhakti Marga. Fue por eso que un Maestro Perfecto ha dicho: “Un momento con el Maestro es mejor que cien años de sincera piedad”.
Algunos Maestros Perfectos pensaban que si había que matar a la mente, se la debía desviar. La mente le hace decir al ego: “Yo soy el cuerpo”. Por lo tanto, háganle decir a la mente: “¡Yo no soy el cuerpo, yo no soy esto, yo no soy aquello, yo soy Dios!”. Ahora bien, también esto es casi imposible porque la mente tiene impresiones falsas y hacer que esta mente falsa diga que cree que es falsa parece ser un acto de hipocresía. De manera que, por ejemplo, la mente sabe que es el “señor Fulano de Tal”. Ahora bien, si la mente de esta persona dice: “Yo no soy un ser humano, sino que soy Dios”, entonces, en ese mismo momento, la mente piensa que está mintiendo. El resultado es que esto agota al corazón, a las emociones y a cualquier amor. La mente no puede realizar acciones sin acciones puesto que ella dice: “Yo soy Dios. ¿Para qué tengo que actuar?”. La mente no puede olvidarse de sí misma con la devoción porque ella dice: “Yo soy Dios, ¿A quién he de rezar?”.
Por eso, el Manonash es imposible. Pero si la acción desinteresada, aunque no sea perfecta, se realiza de manera constante, se llega a una etapa en la que la mente se halla en paz permanentemente. Ve a Dios, pero no es destruida. Si mediante bhakti yoga se llega a una etapa de la devoción mediante la cual se logra una devoción constante, entonces sobreviene esta paz mental y esta visión de Dios. Por ello, si uno dice: “Yo soy Dios; yo no soy el cuerpo”, y dice esto constantemente con una fidelidad total a costa de todo, entonces se logra esta paz mental. Pero para el Manonash existe siempre una sola cosa. Quien está libre puede erradicar las mentes de los demás, incluso las de las masas. Incluso los Profetas y Avatares pasados han contado con la ayuda y la gracia de los Seres Perfectos a fin de lograr la aniquilación de sus mentes.
En resumen, existen todos estos modos para lograr el Manonash y hacerlos sentir que ustedes son Dios, Infinitos y Eternos. Sin embargo, se dice acertadamente:
“Cuando no puedes salir de tu naturaleza,
¿cómo puedes aspirar a trasponer el umbral del Amado?”.
Diferentes personas afrontan diferentes dificultades siguiendo senderos diferentes. Algunos no conocen la técnica de la meditación y enloquecen. Otros dicen que ni siquiera deberían ver a una mujer. El sexo pone muy nerviosos a estos últimos.
El hecho es que somos Dios, pero esta mente desvergonzada nos confunde. La mente es tan desvergonzada que cuanto más queremos librarnos de ella, más nos enredamos en ella, tal como cuando tratamos de sacar un pie del barro, más profundamente atascamos el otro. De igual manera, ustedes tienen que librarse de este problema.
El Manonash es verdadero samadhi (dicha) para la mente. La mente se desarraiga y entonces ella muere, e inmediatamente el ego piensa: “Yo soy todo, y el cuerpo no me interesa”. En ese momento, uno se sobrecoge con tanta fuerza que el cuerpo desfallece, o ese impulso conserva al cuerpo por un tiempo, y éste luego desfallece, como ocurre en el caso de los majzoobs.
La Meta es el Ego Real. Algunos llegan a la etapa del Manonash y tenen que cumplir ciertos deberes para seguir permaneciendo en su cuerpo con una mente sin impresiones a fin de ayudar a los demás a verse en todos los seres.
Llamen a esto “Mente sin Impresiones”, “Yo Real”, “Ego Transformado”, o “Mente Real”: se trata de la Única e idéntica Verdad Infinita, sin comienzo ni fin. Ustedes son Todo en todo. Todo lo que necesitan es emanciparse de todo lo falso que les cayó en suerte.
— Bhau Kalchuri, Lord Meher X.